Ni la vitrocerámica ni la nevera: este electrodoméstico está reventando tu factura de la luz
Un electrodoméstico que todos tenemos en casa y que jamás enchufamos y tampoco, en realidad, apagamos
A la larga puede llegar a consumir más que un frigorífico
Es peligrosísimo: el fatal error que todos cometemos cuando sacamos la ropa de la lavadora
La electricidad, y el coste de la factura de la luz, convierten a este suministro, en una de las grandes preocupaciones en los hogares españoles desde hace tiempo. Con un precio de la electricidad que varía diariamente, y en algunas franjas horarias, el coste puede llegar a superar los 100€/MWh. Esta situación ha obligado a los consumidores a reconsiderar el uso que hacen de cada electrodoméstico en casa y a buscar soluciones para reducir el gasto energético. Y en un contexto donde la inflación afecta no solo a la luz, sino también al agua, el gas y los productos básicos, es necesario repensar hábitos de consumo para hacer frente a los aumentos.
Además, el consumo eléctrico no es el único desafío que enfrentan las familias en España. Los precios de otros bienes de consumo que son esenciales también han subido considerablemente debido entre otros factores, a la inflación, lo que ha obligado a los hogares a ajustar sus presupuestos y buscar formas de reducir costes en distintas áreas. En este panorama, muchas personas han optado por apagar o limitar el uso de algunos electrodomésticos como una medida para ahorrar en la factura de la luz. Sin embargo, hay un electrodoméstico que, a pesar de ser aparentemente inofensivo, está disparando los costes sin que muchos lo noten. Y es que cuando se habla de reducir el consumo eléctrico, generalmente se piensa en grandes aparatos como la nevera o la lavadora, que están en funcionamiento constante o con ciclos intensos. Sin embargo, son muchas las personas que desconocen que hay un electrodoméstico que consume de forma persistente incluso cuando parece estar apagado: la televisión. La mayoría de los hogares tienen una, o incluso varias, y, aunque se apague con el mando, sigue conectada y consumiendo energía en modo de espera o «stand by». Este gasto, conocido como «consumo vampiro», tiene un impacto significativo en la factura eléctrica.
Este electrodoméstico está reventando tu factura de la luz
La televisión es uno de los electrodomésticos más comunes en los hogares españoles y, paradójicamente, uno de los que más contribuye al gasto energético mensual. Aunque se apague desde el mando a distancia, sigue consumiendo energía en modo de espera, un estado en el que parece inactiva, pero sigue conectada a la red eléctrica. Este modo «stand by» se indica con la luz roja del televisor, que permanece encendida, aunque aparentemente no esté en uso. Lo que pocos saben es que este pequeño detalle representa un consumo que, al final del mes, se traduce en un gasto que para muchos será más que considerable.
Comparado con otros electrodomésticos como la nevera, que funciona de manera continua, o la lavadora, que tiene ciclos intermitentes pero intensos, el televisor puede parecer un aparato menos relevante en términos de gasto. Sin embargo, su impacto se agrava porque permanece conectado las 24 horas del día, consumiendo energía incluso cuando nadie lo está utilizando activamente. Este fenómeno es aún más pronunciado en los televisores más modernos, especialmente en los smart TV, que están conectados a internet de manera constante para recibir actualizaciones y mantenerse listos para encenderse en cualquier momento.
Y ese gasto aumenta cuando de forma directa estamos viendo la televisión. Según un informe de la OCU sobre los electrodomésticos que más consumen, el televisor es el quinto electrodomésticos que más gasto genera, por detrás de la secadora, el lavavajillas, el frigorífico y la lavadora y tan sólo tenerla cuatro horas encendida al cabo del día puede suponer un gasto mensual en nuestra factura de la luz, de más de 3 euros.
La tecnología detrás del gasto
El avance tecnológico ha hecho que los televisores actuales sean mucho más sofisticados que sus predecesores, pero también más demandantes en términos de energía. Los televisores inteligentes, o smart TV, requieren una conexión permanente a internet para mantenerse actualizados y habilitar funciones como el encendido rápido o la sincronización con otros dispositivos. Aunque estas innovaciones aportan comodidad y funcionalidad, también implican un mayor consumo eléctrico. Además, la tendencia a tener más de un televisor en casa —en el salón, en la habitación, o incluso en la cocina— amplifica el impacto de este consumo constante.
A diferencia de otros electrodomésticos como la nevera, cuyo consumo es predecible porque debe mantener una temperatura estable, el televisor sigue consumiendo energía incluso cuando no lo estamos usando. De hecho, se estima que un televisor puede consumir hasta un 10% de su energía total en modo de espera, lo que, sumado al tiempo que realmente se utiliza, lo convierte en uno de los mayores consumidores energéticos de la casa. La solución para evitar este gasto es sencilla: desconectar completamente el televisor cuando no se esté usando, lo que puede ayudar a reducir de forma significativa el consumo eléctrico mensual.
Otra solución puede ser el uso de regletas con interruptores para cortar el suministro eléctrico de varios dispositivos a la vez. De esta manera, se evita el gasto residual del modo de espera y se reduce el impacto en la factura de la luz. Otra opción es programar el televisor para que se apague por completo después de un tiempo sin actividad, una función disponible en muchos modelos modernos.